XVI (Homelands)
Tahngarth se quejaba.
– ¿Ves cómo me ven Hanna? ¡Acaso no han visto minotauros! – mientras levantaba el puño.
– Tranquilo “Cuernos”, ¿Cómo vamos a encontrar a Serra si asustas a la gente?
– Solo de verme se asustan, es mi apariencia – Dijo pensando que en su tierra natal era considerado un minotauro hermoso – Y no me llames “Cuernos”.
– Es de cariño. Como se ve que jamás fuiste a una universidad.
– Lo tomaré como cumplido.
Ambos habían caminado ya mucho tiempo por la ciudad. Solo consiguiendo la ubicación del Aviario de Serra. Tahngarth no quería ir a ver pájaros. Sentía odio por esos animales “que ensucian desde arriba”. Pero Hanna sabía que debían investigar todo lo que les fuera posible.
Al llegar al Aviario, vieron que era hermoso con muchas especias, algunas que incluso Hanna no había visto ni en libros. El lugar era grande y recorrieron los pasillos despacio, con Hanna deteniéndose ante cada nueva especie que no conocía y Tahngarth moviéndose de lado a lado cada vez que algún ave revoloteaba por encima de ellos. Pero aunque el lugar se veía limpio, y ordenado, como si se le diera mantenimiento constante, no veían a otra persona alrededor.
– Vámonos de aquí – dijo Tahngarth – No hay nadie a quien preguntar por Serra.
– Tienes razón. – Respondió Hanna
Por el pasillo principal se encaminaron, mientras una persona entraba al Aviario. Llevaba un turbante. Al estar más cerca, el hombre del turbante se dirigió a Tahngarth.
– El Ancestro pide…
– El Ancestro da – respondió Tahngarth.
– Un honor encontrarme con un hermano que venera al Ancestro, especialmente aquí, dónde toda la ciudad sólo tiene ojos y oídos para Serra. – Comentó el hombre del turbante.
– Y falta de modales. La gente se la pasa señalandome.
– No lo tomes personal. La gente de Serra ha sufrido bastante y durante mucho tiempo. Temen a lo diferente. Mi nombre es Taysir.
– Mucho gusto. Soy Tahngarth y ella es Hanna.
– Mucho gusto en conocerlos. Vengo a meditar un poco. El clima y el canto de los pájaros lo permiten, si me disculpan.
Hanna veía retirarse al hombre del turbante, mientras recordaba “Taysir… Taysir”. Recordó que su padre lo mencionó… Jodah lo mencionó…
– ¡Taysir! ¡Claro! Tahngart, él también es mencionado en el diario de Jodah.
– ¿En el diario de quién?
– ¡¿Qué no pones atención cuando platicamos con Sisay?!
– ¡Hey! Un barco requiere que alguien…
– ¡Vamos! Dile eso del Ancestro, y pregúntale si sabe dónde están Serra o Jodah.
– No creo que utilizar mi religión sea…
– ¡Si!, es lo mejor.
ooo
Taysir aceptó que conocía a Jodah y que conoció a Serra. Aceptó que era un caminante de planos, un planeswalker. Se sentía incómodo. Su mañana había sido interrumpida dos veces. La primera mientras salía de la Catedral de Serra porque un par de mujeres y un goblin lo importunaron en su meditación y ahora ésta. Sin embargo por el cariño que sentía por el Ancestro y la fe que compartía con Tahngarth, accedió a responder las preguntas de Hanna. De todas maneras Tahngarth no sabría que preguntar.
– ¿Qué quieres saber, niña?
– Todo.
– ¿Todo? No podría. No recordaría.
– Encontramos un diario… que perteneció a Jodah. Estamos buscando piezas de el Legado, el artefacto que…
– Que derrotará al Amo de las Máquinas… que derrotará a Phyrexia, si, conozco esa idea. Pero más bien es el arma que él creederrotará a Phyrexia. – interrumpió Taysir. – No ansío ser parte de su plan y lo sabe. Pero accedí a ayudar, junto con otros, cuando sea el momento. Si mi información les es útil, utilícenla, sino, no me importará. ¿Quieres que te cuente todo Hanna, hija de Barrin de Tolaria?
– ¿Cómo sabes…?
– Soy un planeswalker. Y aunque en el pasado con frecuencia he cometido agravios, conozco las piezas del Legacy, conozco el plan.
“Soy originario del plano de Rabiah (hasta donde recuerdo) un plano desértico, pero lleno de magia, lleno de maná. Quizá sea el sol que nutre su tierra, pero no creerían toda la energía que emana de ahí. Tanto o más que el más nutrido bosque de Dominaria. Nací durante lo que es conocida por mi gente como El clima de los mil mundos, en la que un fenómeno hizo que el plano completo de Rabiah fuera reproducido hasta mil veces. Yo al nacer fui reproducido 5 veces. Uno por cada color de magia. Fui el dueño blanco de un bazar, un nómada rojo del desierto, un druida verde de los bosques, un niño azul encerrado en una botella y un hombre negro educado por una bruja. Cada uno de mi ser vivíamos sin saber de la existencia de los demás. Una leyenda antigua de Rabiah, indicaba que Aquel Que Esta Hecho de Cinco, surgiría para convertirse en el más poderoso de los hechiceros. Sucedió, ya que la bruja que educo al Negro en mí, conocía la leyenda y esperaba que yo fuera aquel y dominarme. Tras manipular mis partes (oh baby)… perdonen mi humor… me convertí en un planeswalker. La bruja se reveló como la Reina Hechicera Nailah que deseaba utilizarme para gobernar los mil mundos de Rabiah. Pero con mi nuevo poder y el conocimiento que tenía de mis cinco “yo”, viaje entre planos dejando Rabiah. Fue mi error. Debí haberme quedado y derrotar a Naliah. Cuando quise regresar al plano de Rabiah, la magia de la hechicera hizo imposible que el plano fuera visible para mí. Sentía a Rabiah, sé que está ahí aún el día de hoy, pero no puedo viajar hacia el plano.”
– Jodah nos explicó que eso mismo pasó con Dominaria, que Freyalise hizo un hechizo para destruir el Cristal…
– ¡¿Crees que no lo sé?! ¡¿Qué no lo he intentado todo?! – Mientras lo decía se sintió un pequeño temblor y los pájaros de Aviario empezaron a revolotear y a hacer mucho ruido.
– ¡Por el Ancestro, debes calmarte hombre! – soltó Tahngarth
– Tienes razón… pido disculpas… a los dos. Llegaré a esa parte.
“El hechizo que me impide regresar sigue activo. No sé si será eterno. Conforme pasaron los años, los siglos y viajaba entre planos, con la esperanza de que dando tiempo, Nailah moriría y con ello su hechizo. Me volví… errático… arrogante también. Controlaba el flujo de magia de 5 colores. Y además no envejecía, no enfermaba y me di cuenta que la muerte natural no me tocaría. Durante mis viajes me percataba de que Dominaria servía comoNexo entre Planos, ¿Qué quiere decir? El Maná de todos los colores fluyen hacia él, haciéndolo atractivo, al menos para alguien como yo que domino los 5 colores del maná. Eventualmente llegue aquí. Ahora, no soy un erudito, no soy Jodah ni Freyalise… no he dedicado mi vida al estudio. No sé la historia antigua del plano. Pero sé que llegué en mal momento… pues muy poco tiempo después de que llegué, el plano de Dominaria fue encerrado en el Cristal… Sin poder salir de Dominaria y sin poder viajar al plano de Rabiah fue una situación bastante desesperante. Sin embargo Dominaria es vasto. Viajando, por lo que conocen cómo el continente de Corondor, encontré… encontré a Kristina of the Woods, una planeswalker nativa de Corondor… disculpen… hablar de ella me resulta difícil… Su alegría por vivir y su inocencia despertaron en mi sentimientos que no creía tener. Al conocerla, por primera vez, no quise volver a Rabiah. Para mi fortuna, Kristina también me amó… Juntos empezamos a averiguar que podría destruir el Cristal que impedía que los planeswalkersviajaran a otros planos desde aquí. El espiritú de Kristina hacia llevadera nuestra vida. Además al ser bondadosa con su tiempo, ayudaba a todo aquél que lo pedía. Yo la seguí y era feliz. Me enamoré aún más de ella… Pero el amor se convirtió en obsesión…”.
“Con el tiempo supe la extensión del poder de Kristina, poderosa era en el uso de magia blanca. Nuestras conversaciones nos llevaron al punto en que descubrí que ella podría destruir el hechizo que me impedía regresar a Rabiah, sólo necesitábamos salir de Dominaria para intentarlo. No lo supe en ese momento, pero mi amor se convirtió en una obsesiva determinación de usar a Kristina para regresar a casa… Nos enteramos de que no éramos los únicos que querían salir de Dominaria. Varios planeswalkers entre ellos Leshrac, Tevesh Szat y Freyalise fuimos invocados al Concilio de la Luna Nula. Hubo caos y traición por parte de algunos planeswalkers, pero el plan de Freyalise, castear su hechizo Wordspell para disolver el Cristal, funcionó. Le revelé mi intención a Kristina de utilizar su poder para poder viajar a Rabiah… Después de pensarlo Kristina me dijo que el hechizo en Rabiah era muy diferente al Cristal de Dominaria. El Cristal era una defensa natural de Dominaria, y el hechizo de Rabiah no. Me explicó que aunque lográramos entrar a Rabiah, no estaba segura de que pudiéramos salir, quedando atrapados ahí por siempre. Para mí, eso no era malo… estaría con la mujer que amaba. Pero desafortunadamente para mí, Kristina no tenía deseos de volver a estar encerrada en un plano lo que podría ser el resto de su vida. Su chispa había encendido luego de que Dominaria fuera cristalizado… ella jamás había viajado entre planos y yo le había platicado mucho acerca de los planos que ella lo quería vivir por sí misma. Nos separamos.”
“El tiempo me ha hecho reflexionar sobre mis acciones. Pero en ese momento me sentí frustrado y mi deseo de regresar a Rabiah aumentó. Es curioso cómo las cosas que no puedes obtener son las que nos obsesionan. Encontré a Ravidelun aprendiz del planeswalker Faralyn, y lo tomé bajo mi tutelaje. Ravidel fue consiente de mi deseo de regresar a mi plano natal, y me convenció de que la única manera era la que había planeado su antiguo maestro: Asesinar a un planeswalker y utilizar su energía para destruir el hechizo. Ravidel seguía y seguía presionándome con esta idea y finalmente acepté. Me convencí de que lo haría para vengar la traición a la que habíamos sido expuestos en el Concilio y me dispuse a encontrar a los palneswalkers Leshrac y Tevesh Szat, ejecutarlos y utilizar su energía para regresar a Rabiah. Encontré a Leshrac en el plano de Shandalar. Nuestra batalla nos llevó al plano de Phyrexia donde lo apresé. Ambos usamos magia negra, pero mi habilidad en los otros cuatro tipos de maná, hizo que lo pudiera atrapar. En ese momento algo dentro de mí me detuvo. No pude matarlo. Una nueva idea cruzó por mi mente: Necesitaría la vida de un planeswalker para entrar a Rabiah… y si fuera necesario, necesitaría la vida de otro planeswalker para salir, si no fuera posible. Debía encontrar a Tevesh Szat.”
“Mientras lo buscaba, en el plano de Ulgrotha, encontré a Kristina acompañada de otro planeswalker llamado Sandruu. Me apena decirlo, en especial porque compartía tu misma raza Tahngarth. Era un caminante de planos minotauro. Cuando fue claro que ellos eran algo más que amigos… y que viajaban por los planos, ayudando a la gente, como lo habíamos hecho alguna vez juntos Kristina y yo… eso me cegó. Ataqué a Sandruu, con Kristina implorando que los dejara en paz. Tuvimos un duelo. Deben de saber que el plano de Ulgrotha estaba protegido por un hechizo que impedía castear criaturas vivas, Sandruu era bueno en magia de protección y ataques de fuego directos… pero yo domino los cinco colores. Durante el climáx de la batalla y con Kristina implorando que no lo matara, me di cuenta de que ella lo amaba, como me había amado a mí. No maté a Sandruu, pero no podía aceptar no ser amado por Kristina y lo exilié hacia otro plano, tan remoto que le tomaría mil años regresar y encontrar Ulgrotha. Le pedí a Kristina que volviera conmigo, pero se negó, entre lágrimas y despareció… No pasó mucho tiempo para que aparecieran Feroz y Serra, ambos vivían en Ulgrotha y eran pareja. Feroz como guardián del plano y amigo de Sandruu, me bombardeó con preguntas que no estaba de humor para responder… Me puse a la defensiva… y aunque ambos eran pacifistas, Feroz y Serra, ambos comenzaron un hechizo de aniquilación, en el cual mi cuerpo fue destruido… Ese momento lo agradezco infinitamente a los dos… mi estado mental era lamentable… y gracias a Feroz y Serra pude iniciar mi camino a la redención.”
“Mi espíritu quedo flotando en el plano de Ulgrotha, el cual fue cuidado por el Ancestro, el espíritu minotauro del Multiverso, y durante 200 años fui instruido en la meditación. Es tonto que lo diga y quizá soberbio… pero así pude volver a ser humilde y sentir compasión por las cosas vivas. Eventualmente retomé mi forma física. Mis restos los había cuidado la misma Serra, aunque mi espíritu era más viejo, más sabio. Decidí no rejuvenecer mi cuerpo, como recordatorio de mis fallas. Pasé mucho tiempo en compañía de Serra y de Feroz… no fuimos los mejores amigos, pero los respeté y entendieron mi historia… Un mal día un experimento mal calculado le costó la vida a Feroz… Serra, no encontró esencia de él por ninguna parte, lo cual hizo que abandonara el plano de Ulgrotha, y regresara a Dominaria, a esta ciudad.”
“Por mi parte tomé como aprendiz a Daria, una alumna de Feroz, y me dediqué totalmente a ella haciendo que su chispa encendiera sin necesidad de pasar por un momento de tensión. Yo quería que viera Phyrexia con sus propios ojos. Que entendiera que hay planos dispuestos a alimentarse de otros. Regresamos a la prisión de Leshrac… el cuál se había vuelto loco… lo dejé ahí, aunque Daria me preguntó por qué. No supe que decirle… quizá aún guardo resentimiento”.
– Regresamos al poco tiempo y… ¡Ah miren! Ahí viene Daria…
– Hola maestro – Dijo una joven – ¿Listo para irnos?
– En un momento. Daria, ellos son Tahngarth y Hanna.
– Mucho gusto.
– ¿Dijiste que Serra volvió? – preguntó Hanna impaciente de conocer el destino de la planeswalker
– Serra, como Feroz, tiene ya tiempo que falleció. – contestó Daria, adelantándose a Tayir.
– Pero recuerda niña, su espíritu ha perdurado… en sus ángeles, en sus paladines… en sus cantos. Todo un mundo vivió de ella y para ella. En orden. Ella protege ésta ciudad pues su esencia vive aquí. Se dice que un planeswalker la trató de asesinar. Ella facílemte hubiese curado sus heridas, sin embargo, sin Feroz, decidió morir – Agregó Taysir, mirando a Daria. Volviéndose a Hanna, Taysir le preguntó – ¿Qué buscas de Serra?
– Respuestas… pero no estoy segura de saber que preguntarle…
– Tú sabes de su destino… ¿por qué venir aquí? – Taysir dijo, confrontando a Hanna.
– ¿De qué hablas? – Contestó Hanna molesta.
– La nave en la que viajan… tú sabes lo que le da poder…
– S- Si, pero…
– No pretendo culparte. Tú no construiste esa cosa… Te diré lo que sé: Serra regresó a Dominaria, y fue asesinada por un planeswalker… tuvo que ser un caminante de planos… no creo que alguien más haya podido… Pudo haber evitado morir, pues era muy poderosa… pero ella se dejó ir… Ya había perdido mucho, demasiadas veces.
– He visto la fuerza imbuida de Serra en las alas de sus ángeles… y he sentido su tristeza en la destrucción que trajo el Amo de las Máquinas… – respondió Hanna
– Mejores palabras no pudieron haber sido dichas – asintió Taysir – Por el momento nos tenemos que retirar. Buena suerte Hanna. Que el Ancestro te guíe Tahngarth.
– Taysir, hablaste del su plan… de su arma… de su proyecto. ¿De quién hablabas? ¿De mi padre? ¿De Barrin?
Taysir sonrió. Se dio la vuelta y empezó a caminar.
– Phyrexiaviene. Pronto lo sabrás. – dijo mientras desaparecía junto a Daria.
ooo
Sisay, Orim, Squee, Hanna y Thangarth se encontrarón en la plaza principal de la ciudad de Sursi. Ambos grupos se encontraron e intercambiaron datos. Lo que habían encontrado e investigado.
– Perdón por sugerir empezar por aquí – Hanna dijo a Sisay.
– ¿De qué hablas? – Preguntó Sisay extrañada.
– El diseño y poder de la Weatherlight están de alguna manera conectados con Serra. A mi entender, Serra le da poder a la nave… sin embargo algo dentro de mi sentía o sabía que ella de alguna manera había muerto o estaba corrompida.
– Sigo sin entender…
– La Weatherlight contiene la esencia de Serra, pero también tiene rastros de el Amo de las Máquinas.
La tripulación no tenía deseos de irse de la ciudad. El sólo pensar que estaban en una ciudad protegida por Serra les daba paz.
– ¿Creen que debamos decirle al vicario del destino de Serra? – Preguntó Hanna.
– Eso sería muy cruel – respondió Orim.
– ¿Más cruel que dejarlo esperándola? – repuso Sisay.
Después de abastecer la nave, las tres mujeres decidieron el rumbo que tomarían. El tomo Thran hablaba de un hombre, de un gólem ubicado en tierras de Jamuraa. Contenta de regresar a su tierra de origen, Sisay trazó ruta hacia su hogar.
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