Urza se encontraba frente a Xantcha en las Eternidades Ciegas, el punto de referencia en el éter para viajar entre planos.
- Entrégame tu corazón, Xantcha – pidió Urza.
- ¿Por qué debería de hacerlo? – respondió Xantcha aún molesta. – Tenías un plan: destruir a Phyrexia… A mí me defendiste una vez, ¿por qué no defendiste a Serra?
- Quiero confiar en ti, Xantcha. No deseo que me vuelvas a poner condiciones. Entrégame tu corazón y te diré por qué tuvimos que irnos.
Xantcha entregó su heartstone a Urza.
- Mi destino está en tus manos. Ahora dime ¿por qué no ayudaste a Serra?
- Ella tenía mucho que perder, nosotros no. Ella no está dispuesta a hacer sacrificios, a diferencia tuya. Necesito que me digas cuando estoy mal, pero no deseo ser sometido a amenazas sobre tu muerte.
- ¿Cuál es el plan entonces?
- La tranquilidad que me dio Serra me hizo entender algunas cosas, pero generó dudas. Phyrexia fue creado por un planeswalker, pero sus habitantes no. ¿De dónde llegaron? Necesito saber su naturaleza para poder hacerles frente… Necesito llegar a la raíz. Serra habló también del propósito de Phyrexia. Si los planos artificiales tienen límite de vida, es muy posible que Phyrexia esté tratando de asimilar un nuevo mundo… Me he puesto a pensar sobre lo que me dijiste de los agentes phyrexianos, y es muy posible que Phyrexia envíe agentes a conocer la cultura de un plano, a que se mezclen para poder asimilar a los habitantes y que la invasión no sea una guerra, sino una adaptación al plano que Phyrexia va a conquistar.
- Es una buena teoría – dijo Xantcha intrigada.
- Pero debo estar seguro – respondió Urza serio – son miles de planos existentes. ¿Cómo saber cuál de todos esos planos será el que Phyrexia ataque? Necesito más información, y creo saber dónde encontrarla.
Urza cerró los ojos, concentrando su mente. Dentro de las Eternidades Ciegas podía ver las ventanas a otros planos. Lo que Urza buscaba era un plano antiguo que pudiera darle información de la cual partir.
- ¡Lo encontré! Iremos al plano llamado Equilor…Toma mi mano Xantcha… y gracias por el voto de confianza, gracias por mostrarme tu lealtad entregándome tu corazón.
Xantcha le sonrió y ambos viajaron a Equilor.

Al llegar, Urza sintió cómo el plano lo recibía. El plano era viejo y uno de los más distantes a los que había viajado.
- Estamos en la orilla del tiempo – dijo Urza. Xantcha no sentía nada en particular, pero el ambiente le parecía extremadamente antiguo.
- ¡Bienvenido, Urza Planeswalker! – dijo una voz detrás de ellos.
Urza y Xantcha, voltearon colocándose en posición de defensa y ataque.
- No hay necesidad de violencia – Dijo la voz – Permítanme guiarlos a nuestra ciudad santuario. Buscas respuestas, Urza, y como tu petición es justa, se tratará de ayudar.

Urza sintió que el plano completo estaba habitado por seres excepcionales, poderosos y con formas humanoides. Si todos y cada uno de ellos eran planeswalkers o simplemente seres con poderosa magia, Urza no supo descifrarlo.
- Nos pudiste encontrar, porque así lo decidió el Consejo. Nuestra magia mantiene aislado al plano de Equilor para evitar amenazas externas.
- ¿Phyrexia es una amenaza?
- Una de muchas. No todos los planeswalkers tratan de eliminar una amenaza del Multiverso, muchos se alían con esas amenazas… Son contados los planeswalkers que han ayudado a sus camaradas por un bien mayor.
- Si ustedes pueden evitar que alguien llegue aquí, ¿es posible que lo mismo pase en mi plano natal? No he podido regresar desde que…
- Lo sabemos – interrumpió la voz – Sabemos que Gaea, la protectora de Dominaria, lanzó un hechizo para mantenerte exiliado del plano. No le gustó mucho que tu chispa ascendiera tomando la vida de miles en la isla de Argoth. Nosotros creemos que hiciste lo que creías necesario, pero también sabemos que había otras formas.
- Entonces Gaea no permite que yo viaje a Dominaria… - La voz de Urza sonó cansada.
- No sólo a ti. Su hechizo fue tan poderoso que nadie ha podido entrar o salir de Dominaria en todo este tiempo, pero hay quienes están tratando de hacer eso posible. Incluso Phyrexia no ha podido activar sus portales hacia Dominaria. El portal de Koilos fue sellado por la magia de Gaea.
- Parecen conocer mucho – dijo Urza con un tono molesto de asombro. A él le hubiera gustado saber más.
- Somos cronistas. Hemos llegado. El Bastion de BloodHill.

Ante Urza y Xantcha se extendía una inmensa metrópolis, donde fue recibido por seres de éter y conducido a la sala del Consejo de Sabios del plano.
- Bienvenido Urza. Bienvenida Xantcha. – Se dirigió el consejo hacia los recién llegados.
- Todos son muy amables de recibirnos – respondió Urza con una reverencia.
- ¡Ah! El humano tiene modales – exclamó un miembro del consejo.
- Bien, vayamos al grano – interrumpió otro – Creemos saber porque estás aquí, y no podemos ayudarte.
- Podemos, pero no debemos – dijo una tercera voz, femenina – Llegamos a la conclusión de que será mejor que tú descubras esa información por ti mismo.
- ¡Por eso estoy aquí! – interrumpió Urza, y miró a los ojos a Xantcha – Por eso estamos aquí… Hemos viajado tanto y la información ha sido tan escasa…
- Nuestra supervivencia se basa en el hecho de que nosotros no nos metemos en los asuntos del Multiverso – indicó otra voz del consejo – Sólo señalamos hechos que han pasado, somos cronistas.
- Si – respondió Urza desesperado – Ya me lo hicieron saber.
- Entonces comprenderás que no podemos interferir en el curso de las acciones de los demás, sólo establecer los hechos concretos.
- Vine aquí con la esperanza de conocer el origen de Phyrexia – soltó Urza.
- Yawgmoth ya te lo dijo – interrumpió uno de los Sabios – El plano en sí fue creado por un dragón planeswalker, incluso te mostró su cadáver.
- Pero los Phyrexianos… el mismo Yawgmoth… ¿de dónde…?
- Urza, te voy a detener ahí – indicó la voz femenina del consejo – Por los eones que han pasado desde el inicio del tiempo, creemos que será mejor que tú mismo llegues a una conclusión sobre la pregunta que tienes. Los miembros del Consejo de Equilor estamos de acuerdo en que aquellos individuos que han escrito su historia propia analizando su pasado y evitando errores cometidos trascienden a aquellos que se les dice todo lo que deben hacer. Está claro que tú no eres un individuo al cual se le diga que es lo que debe hacer.
- Palabras amables – respondió Urza – Pero también cobardes. ¿Cómo es posible que todo el conocimiento acumulado que tienen no sea utilizado? Estoy atónito ante el poco uso que ustedes le dan. Toda mi vida he buscado el conocimiento y eso lo he logrado a base de encontrar respuestas. La información que me han dado sacia y da hambre a mi curiosidad al mismo tiempo… Me han dicho que Phyrexia es una amenaza de muchas… me han dicho que no puedo regresar a Dominaria por un hechizo lanzado por Gaea, que a su vez impide que Phyrexia pueda entrar a mi plano natal… Con esa información le han dado calma a mi cansada alma.
- Estarás de acuerdo entonces, Urza Planeswalker, que para encontrar esas respuestas has hecho las preguntas correctas. Esa información ya pasó. Por lo tanto está escrita y podemos compartirla contigo. Sin embargo no podemos marcar un destino con suposiciones – Inquirió un sabio.
- Se expresan de manera muy general. Yo vine por respuestas concretas. Me fue dicho que me esperaban y que se me trataría de ayudar – Soltó Urza, molesto.
- Y no pudiste haber llegado en mejor momento – dijo la voz femenina - Tu viaje ha sido largo Urza, han pasado casi 3200 años desde que dejaste Dominaria y aprendiste a dominar tu chispa como caminante de planos. Casi la mitad de tu vida como planeswalker la has compartido con Xantcha, quien ha hecho lo posible por mantenerte enfocado en tu objetivo. Atacaste Phyrexia, algo que jamás se había llevado a cabo, y conociste a Serra… No discutiremos las decisiones o los eventos pasados, sino el ahora.
- Justo en este momento. – Tomó la palabra otro miembro del consejo – Se está llevando a cabo una reunión en Dominaria. Varios caminantes de planos cómo tu están reunidos tratando de salir del plano, cada uno por razones propias. La planeswalker Freyalise está llevando a cabo un hechizo que quitará la protección de Gaea al plano. Podrás volver…
- Pero eso significa que cualquiera podrá entrar y salir de Dominaria – interrumpió Urza, pensando en voz alta.
- Si, así es – Agregó la voz femenina del consejo – Nuestra ayuda consiste en esta información, Urza.
- Pero al decirme que Dominaria está a merced de Phyrexia, es información que contradice el hecho de que no se meten en los asuntos de los demás.
- Si regresas o no a Dominaria es algo que quedará en la crónica que en algún momento escribiremos – Respondió un sabio.
- Phyrexia es una amenaza, tal y cómo tú lo eres para Yawgmoth. El Consejo de Equilor decidió que era justo para ti tener el mismo punto de partida que el Amo de las Máquinas. Él nunca ha dejado de tratar de regresar.
- ¿De regresar? ¿A qué se refieren? – preguntó Urza.
- Ya hemos dicho demasiado. Es aquí donde nos despedimos, Urza. Sea cual sea tu destino, lo escribiremos.
Urza y Xantcha fueron sorprendidos siendo expulsados del antiguo plano de Equilor. Fueron regresados a las Eternidades Ciegas.
- ¿Y bien? – preguntó Xantcha.
- Es hora de ir a casa. Defenderé a Dominaria de Phyrexia – dijo Urza.

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