Tras el cataclismo provocado por Urza al activar el sylex, el clima en Dominaria comenzó a cambiar y los mismos pueblos e historias lo hicieron. El continente de Terisarie cambio al romperse en varias islas. Argoth dejó de existir.
El tiempo mismo comenzó a contarse de otra manera. Luego de que Argoth dejara de existir y Urza partiera de Dominaria, Tawnos regreso con Kayla bin-Kroog y le dio el mensaje que Urza le pidió le transmitiera. La reina de lo que sería conocida como Nuevo Argive contó la historia de la guerra de los hermanos en un tomo llamado Antiquities. Los historiadores harían referencia a esa edición en años posteriores, y para mantener un orden, dado que la historia Thran era muy anterior a la actual, el tiempo se comenzó a contar en AR (Argivian Reckoning) y se estableció el año 0 AR el mismo año en que Urza y Mishra nacieron. Sin embargo algunas fechas aún eran estimaciones.
La estirpe de Kayla siguió con su hijo Harbin y éste a su vez con su hijo Jarsyl. Los eventos que sucedieron en la era de hielo ya fueron brevemente descritos en la primera parte de éstas historias.
Éste capítulo se enfoca en la historia de Urza, quien para la gente de Terisarie y Dominaria había muerto en la explosión. Historias y leyendas surgieron a partir de la destrucción de Argoth. A Urza se le culpó del cambio climático en Dominaria y la magia fue mal vista como causa de la catástrofe climática. Los eventos que se llevaban a cabo en la historia de la tripulación del Weatherlight, con Gerrard, Sisay y los otros tenían lugar y tiempo en el año 4205. Durante cuatro milenios Dominaria sufrió sus propios conflictos a lo largo y ancho de sus tierras. Otras chispas de planeswalkers se encendieron y además de Dominaria viajaron a otros planos. El porqué de la razón de que Dominaria fue/es un plano tan importante aún tendría que esperar. Los siguientes tomos narran la historia propia de Urza y la búsqueda de su redención.
Gaea, la diosa guardiana del plano de Dominaria, estaba destrozada. Jamás imaginó que el plano de la cual era protectora sufriría una pérdida como la de Argoth. Ella y los otros hechiceros maro que cuidaban de otros bosques lloraron la pérdida de Titania. Gaea buscó por toda Dominaria rastro del responsable. En su omnipotencia sabía quién fue el culpable de la pérdida de Argoth. Gaea buscó a Urza por todo Dominaria pero no encontraba rastro de él. Si Urza estaba muerto o se había ido, Gaea no lo sabía. Decidida a no perturbar a los herederos del maestro artífice, pues los hijos no son culpables de los pecados de los padres, decidió dotar a Dominaria de una protección especial. Gaea conocía la naturaleza de los caminantes de planos, de los planeswalkers, si Urza no estaba muerto, se había ido de Dominaria y eso sólo podría significar que Urza había encendido su chispa que lo convirtió en planeswalker. Le llevó años confeccionar el hechizo, pero lo logró: Ningún planeswalker podría regresar a Dominaria. Urza jamás volvería a Dominaria, Gaea lo expulsaba con su hechizo. La magia fue tan efectiva, que el hechizo de Gaea afectó incluso a los planeswalkers que estaban en Dominaria en ese momento y a los que subsecuentemente encenderían su chispa, ninguno podría salir de Dominaria ni regresar. Y algo mejor salió de esto. El portal de Koilos que había utilizado Gix para regresar a Phyrexia también quedó inhabilitado. Durante casi tres milenios nadie podría entrar o salir. Dominaria quedaría libre de amenaza phyrexiana por muchos años, aislada de las Eternidades Ciegas hasta que la planeswalker elfa Freyalise ejecutara su Wordspell en el año 2934 AR.
Urza se encontraba aprendiendo de su nueva conciencia y naturaleza. Se dio cuenta de que podía viajar entre planos a voluntad. Diversos universos estaban a su alcance en las Eternidades Ciegas, si decidía hacer una parada ahí. Con el tiempo adecuado y maná, Urza fue probando viajes en los cuales viajaba con sus propias ropas y artefactos. Se preguntó si incluso podría viajar con seres vivos y lo intento, primero con plantas y después animales lográndolo. Pasados unos años se dio cuenta que no envejecía y que dependiendo de su humor, incluso su apariencia cambiaba, pues la forma en la que se presentaba era resultado de su conciencia. Ni siquiera por curiosidad trató de regresar al plano de Dominaria. Tras la batalla que tuvo con su hermano Mishra, una cosa lo tenía enfocado: Phyrexia.
Urza no había querido volver a ese lugar donde la guerra, la verdadera guerra, había comenzado casi cincuenta años antes. Él no estaba avergonzado de lo que había tenido que hacer para terminarla. La cosa en la que su hermano se había convertido tenía que ser parada, o de otro modo el destino de Terisiare habría sido peor. Mucho peor.
No, Urza no pediría perdón, pero tampoco estaba contento de haber sobrevivido. Urza debería haber muerto cuando el sylex detonó. Él sospechó que había muerto, pero las Piedras de Poder por las cuales él y su hermano habían peleado le habían salvado. Cuando Urza despertó, las dos joyas de los Thran se habían convertido en sus ojos.
La venganza fue algo que comenzó a atormentar la mente de Urza. Las pruebas a las que sometía su cuerpo y los experimentos que realizaba con su nueva conciencia de planeswalker lo convencieron de que era inmortal y comenzó a idear un asalto hacia el plano de Phyrexia. Vengaría lo que le hicieron a su hermano y lo que trataban de hacer con Dominaria.
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