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La Guerra de los Hermanos (Parte 1/7) – Urza’s Saga

Foto del escritor: mrpandamtgmrpandamtg


– ¡Whoa! ¡Por la Diosa! ¡Que viaje! – exclamó Harbin, mientras las nubes se disipaban con el viento.

Harbin había estado volando dentro de una tormenta por días, sin dormir y con pocos víveres. Se había presentado como voluntario ante su padre, Urza, para formar una avanzada dedicada a la búsqueda de recursos. Las tormentas alrededor de la isla de Argoth eran la forma en la que Titania, la hechicera Maro que custodiaba la isla, defendía el entorno de esta, sin embargo, Harbin logró atravesarlas, por suerte.

Así, mientras el cielo se despejaba ante Harbin, este alcanzó a ver el esplendor de Argoth. Educado para la guerra que había iniciado incluso desde antes que él naciera, Harbin vio ante sí toda una vida llena de recursos naturales que podrían ser utilizados por Urza, su padre. “Esto nos dará la victoria”, pensó. Su ornitóptero se posó en las costas. Hábil, como su padre, comenzó a arreglar los problemas de su artefacto volador mientras hacía cálculos en su mente sobre la ubicación de la tierra recién descubierta. “Necesito algo de madera”, pensó. Por suerte había mucha regada alrededor de la playa, no hubo necesidad de cortar madera viva. Con el tóptero listo, Harbin marcó las coordenadas de la ubicación de la isla y se retiró, sin darse cuenta de que durante toda su estancia fue observado por un elfo. Harbin partió y el elfo dio aviso a Titania.



ooo

– ¡Hijo, estás bien! – soltó con alegría Kayla bin-Kroog, mientras abrazaba a un cansado Harbin.

– Si mamá ¡y vengo con excelente noticias para mi padre! ¿Dónde está?

– ¿Dónde más? – respondió Kayla con un dejó de angustia en su voz.

– ¡Iré a decírselo! – respondió Harbin mientras corría y se despedía de su madre.

Kayla bin-Kroog había estado casada con Urza más de la mitad de su vida. El matrimonio, resultado de un arreglo que tuvieron el padre de Kayla y el mismo Urza, no había sido fácil, ni remotamente alegre. No dudaba del cariño que Urza alguna vez le transmitió, pero ella hubiera querido más, especialmente de jóvenes. Kayla recordaba que, en la noche de bodas, Urza dejó el lecho nupcial para ir a la biblioteca del padre de ella a estudiar un libro escrito por la civilización Thran. Y así había sido toda su vida. Kayla había pasado el inicio de su matrimonio viajando con Urza, como lo dictaba el protocolo, pero entre más se había alargado la guerra, el carácter de Urza había cambiado. Kayla optó por no seguirlo más y quedarse en el palacio que le había dejado su padre.

Harbin llegó al estudio de su padre, en donde Urza tenía en el suelo papeles, maquetas y diseños de lo que deseaba construir para dar fin a lo que era una guerra que le había llevado toda una vida, consumiendo mente y espíritu.

– Padre… ¡Padre!

– No hay necesidad de gritar… ¿Qué sucede? – respondió Urza, fastidiado.

– Encontré nuestravictoria…

Las noticias de Harbin, alegraron y a la vez llenaron de ansia a Urza. Pronto, una flota de barcos fueron enviados por Urza a hacer reconocimiento con órdenes de obtener toda la madera posible. Algunos barcos no lograron pasar la barrera protectora que Gaea había sostenido después de que Titania, la protectora de la isla, le hubiera informado de que humanos habían dado con la ubicación del lugar. Sin embargo, el daño fue hecho por aquellas embarcaciones que sí lograron atravesar. Docenas de personas, leñadores e ingenieros embarcaron en Argoth y poco a poco el ecosistema de la playa fue cambiando al ser cortados cientos de árboles para obtener la preciosa madera.


Rumores de que Urza estaba una vez más preparándose para atacar llegaron a su hermano y rival, Mishra. Sus espías le informaron del descubrimiento de una isla con vastos recursos. Mishra ordenó obtener copias de los mapas y notas de Urza. Estaba determinado a obtener él mismo esos recursos antes que su hermano. Mishra preparó una flota y se dirigió a Argoth, con él a la cabeza. Evitando el asentamiento de los hombres de Urza, el campamento que estableció Mishra fue ubicado más al sur que el de sus enemigos. Sin perder tiempo, Mishra y sus hombres comenzaron también la tala y recolección de madera.


Una noche, mientras todos los hombres dormían, el campamento fue emboscado por elfos. Mishra y sus hombres repelieron el ataque, pensando al inicio que se trataba de los hombres de Urza. Curtidos en la guerra, después de tantos años, no tuvieron problema para evitar bajas e incluso capturar a algunos elfos. Mishra llevó a cabo los interrogatorios.

– Dime… ¿fueron enviados por mi hermano?… ¿fueron enviados por Urza?

– …

– No lo preguntaré una vez más…

– …

– Mátenlos.

La orden de Mishra se ejecutó, mientras éste se preguntaba del porqué del ataque de los elfos, sin embargo, su respuesta fue obvia:

– Hemos invadido su hogar.

Adaptación del poema épico The Antiquities War, escrito por Kayla bin-Kroog


 
 
 

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