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El traidor y la amiga (Weatherlight 4/7)

Foto del escritor: mrpandamtgmrpandamtg

Actualizado: 8 jun 2020

Weatherlight

4

 Los grandes árboles del bósque de Llanowar hacían imposible que el Weatherlight pudiera volar bajo para tratar de ubicar a Mirri, por lo que la nave fue anclada en tierra, entre la frontera de Benalia y Llanowar. Mientras la tripulación se preparaba para salir en busca de Mirri, a lo lejos vieron que un pequeño ejército de unos 40 hombres venía hacia ellos a caballo.

– Buen día – dijo uno de ellos, el líder.

– También para ustedes. El día es magnífico para ir a cazar al bosque. – respondió Gerrard.

– Dudo que a los elfos de Llanowar les agrade que cacemos en sus tierras. Disculpen mis modales. Mi nombre es Maraxus y estamos buscando a un desertor.


– Mi nombre es Gerrard. ¿en qué te podemos ayudar, Maraxus?

– ¡Ah, el muchacho tiene modales! – Dijo Maraxus con una sonrisa. Los hombres de Maraxus rieron – Bien, es raro ver un barco anclado en medio de una tierra sin agua. Y las noticias viajan rápido.

– Especialmente las malas – Dijo Tahngarth.

– Así es, minotauro. Iré al grano. Somos un grupo de mercenarios que busca a un desertor para cobrar una recompensa. Sólo eso.

Gerrard se tensó. Después de que él y Tahngarth descubrieran la podredumbre que había al interior del ejército de Benalia, él había desertado de su posición. No hubiera creído que el ejército hubiera puesto precio a su cabeza. “Pero así es la corrupción”, pensó.

– ¿Así que han puesto precio a mí…?

– ¡Su nombre es Starke! – gritó Maraxus.

– ¿Starke?

– No dudo de la honorabilidad de todos ustedes… pero es posible que Starke esté incluso escondido en su nave sin que ustedes lo sepan. Es un poco… escurridizo. – Dijo Maraxus. – ¿Podríamos echar un vistazo? Sólo para estar seguros.

– No creo que…

– ¡Mi querido capitán! – Dijo Maraxus con una risa – ¿Acaso no es su nave la única que puede volar los cielos de toda Dominaria?

Lo que había temido Sisay en su momento, le estaba pasando a Gerrard. La Weatherlight ya era muy conocida y vistosa. Habían abusado de su vuelo en vez de pasar desapercibidos por mar.

– Los rumores son que Starke viaja en un barco volador… y sólo queremos estar seguros de que no está con ustedes. La recompensa es grande… un hombre hace lo que sea por sobrevivir. – Maraxus sentenció con una sonrisa.

– Está bien… pero sólo subirás tú, y mi tripulación ayudará.

La búsqueda les llevó un par de horas. Maraxus buscaba todo rincón de la nave. No parecía importarle nada más que encontrar a Starke, quien no fue encontrado en ningún lado.

– No lo estarán escondiendo, ¿verdad?

– Debo decir que alguien llamado Starke sí formó parte de la tripulación. Pero desde hace unos días no lo he visto. – informó Tahngarth. La noticia también fue sorpresa para Gerrard.

– ¿Así que la tripulación va y viene? – preguntó Maraxus.

– No llevamos un registro muy rígido sobre ellos y hay muchos puertos.

– Bien… al menos me dieron una pista. Caminando no ha de estar muy lejos. Estoy seguro que nos volveremos a ver, capitán Gerrard. Me despido.

– Una pregunta, por curiosidad ¿quién puso precio a su cabeza?

– Gente que viene del plano de Rath. No lo conozco, pero parece que es originario de ese plano. Parece ser que el hombre ha sido un chico muy travieso.

Gerrard y Tahngarth se vieron a los ojos, asombrados por la noticia.

ooo

– Entonces ¿Starkees originario de Rath? – preguntó Hanna.

– No lo podría asegurar – respondió Gerrard – No sé mucho sobre él, incluso cuando nos entrenaba a Vuel y a mí. Sidar Kondo tampoco hablaba mucho de él.

– ¿Por qué se habrá escapado? ¿Crees que sepa que lo estén buscando? – Preguntó Tahngarth.

– Supongo que sí sabe. La pregunta es: ¿Por qué lo buscan de Rath? Justo cuando debemos ir. Esto es muy confuso.

– ¡Árboles! ¡Bichos! – gimió Squee, fascinado por todas las posibilidades culinarias que se le ocurrían.

Los cuatro tripulantes se adentraban cada vez más en Llanowar mientras discutían los recientes eventos.

– Tal parece que nunca logramos tener un momento de paz… ¡Hey, enano! ¡No te adelantes mucho!… Miserable goblin, no escucha.

– Es curioso que lo digas, Tahngarth… ¿no creen que el bosque está muy callado? – preguntó Hanna – Ni aves, ni sonido de hojas.

– Tienes razón. ¿Dónde se metió Squee?

– ¡¿Squeeee?!… ¡SQUEEEEEE?!

– Cuando atrape a ese narizón…


Squee se había desviado bastante, atraído por todos los bichos que probaba, y arrancando algunas hierbas o corteza de árboles. El goblin pensaba en lo mucho que podría mejorar su cocina con estas nuevas adquisiciones. Sin embargo, pronto también se dio cuenta que se había separado de Tahngarth, Hanna y Gerrard, y que no estaba sólo.

Mientras la tripulación buscaba a Squee, se encontraron con una elfa que, al verlos, corrió llena de pánico, gritando.

– Eso no puede ser bueno – dijo Gerrard.

Pronto se vieron rodeados por una avanzada de elfos que patrullaban la zona. Al frente, liderándolos, venía Mirri, junto con Squee.

– ¡Mirar Mirri! ¡Nos encontramos! – dijo el goblin, sonriendo.

Mirri estaba feliz de ver a sus antiguos amigos, pero más aún de ver a Gerrard. Cuando le explicaron que estaban ahí buscándola, se sintió halagada.

– ¡Acepto!… pero hay un detalle.

– ¿Qué podría ser? – Tahngarth miró a Gerrard, quien le respondió con una sonrisa. Reclutar a los antiguos miembros de la tripulación se estaba convirtiendo en una sucesión de rescates y aventuras que sólo hacían que el rescate de Sisay se retrasara.

– Me he comprometido a ayudar a la familia de Rofellos, su clan élfico, con un problema.

– Lo que sea por Rofellos. – atajó Gerrard con tono triste.


Unos elementales arbóreos habían empezado a crecer más de lo normal dentro de las fronteras de Llanowar. No sólo eso, sino que habían aumentado su ferocidad, por lo que algunos asentamientos élficos ya habían sido destruidos. Pronto llegarían a uno que tenía más de 3000 elfos viviendo. Mirritenía una deuda de honor, al haber sido ella quien dio la noticia de la muerte de Rofellos a su familia. Primero debían ayudarla a destruir esos elementales.

Gerrard aceptó, pero decidió tomarlo con cautela. No sabía si podrían derrotar a esos elementales. Consultó con Hanna y ella dijo que quizá podrían utilizar alguno de los artefactos que estaban en el Weatherlight. 

El plan, ideado por el mismo Gerrad, consistía en sobrevolar con la nave y utilizar la Forja Thran que se encontraba en uno de los compartimentos de la nave. El artefacto convertiría en artefacto al elemental, y después, utilizando la Touchstone, paralizarían al elemental ya convertido en artefacto. La Touchstone había sido utilizada por Vuel para paralizar a Karn. El plan tenía sentido para Hanna y Tahngarth. Karn no apoyo esto porque temía que él también fuera otra vez paralizado. “Te volveré a activar Karn ¿qué clase de hombre crees que soy?”, comentó Gerrard.

El plan fue puesto en marcha con el Weatherlight sobrevolando el claro donde se encontraban los elementales.

– Esto debe de funcionar – musitó Gerrard mientras se preparaban – pero si no funciona, podremos dejar de preocuparnos.

– Tus palabras infunden tanta seguridad… – dijo Orim, volteando los ojos.

– Es una de mis muchas habilidades. – Gerrard respondió, sin notar el sarcasmo de Orim.


Al activar la Forja Thran el plan pareció dar resultado, sin embargo, los elementales también adquirieron gran fuerza y no tardaron en mostrarla. Arrancando arboles, que empezaron a lanzar contra la nave y contra la aldea élfica, los elementales fijaron su postura bélica.

– ¡Idiota! Les diste más poder, no los debilitaste.

– ¡Maniobras evasivas Tahngarth! Bájanos para utilizar la Touchstone.

La nave bajo con el peligro de acercarse a cada elemental. Pero al utilizar la Touchstone, los elementales quedaron convertidos en artefacto e inmóviles.


Los elfos agradecieron su ayuda y despidieron a Mirri, algunos con lágrimas, pues había hecho gran amistad con ella. Mirri con alegría se reincorporó al Weatherlight, feliz de ver a todos sus antiguos amigos, con excepción de Hanna. 


Gerrard se sentía con más confianza con alguien como Mirri, pero Karn le recordó que aún quedaba el problema de activar el motor Thran y tener a un nativo de Rath.

– Ambas cosas se deben de hacer, pero ocupo de sus sugerencias. ¿Qué hacer primero? ¿Buscar a Starkey esperar que en verdad sea originario del plano de Rath… o… conseguir un mago?

– El mago sería más rápido. – Dijo Orim – Pero ese Maraxus puede dar con Starke antes que nosotros.

– Nos dividiremos. – Gerrard rápidamente organizó a la tripulación, comportándose como Tahngarth deseaba – Si Starke bajó de la nave tuvo que haberlo hecho cerca de Benalia, fue la última parada antes de llegar a Llanowar. Tanhgarth y yo buscaremos a Starke. Hanna y la demás tripulación buscarán a un mago. ¿Tienes en mente a alguien?

– Si – respondió Hanna – a mi padre.

Hanna regresaría a Tolaria por primera vez desde que desobedeció los deseos de su padre, Barrin, al dejar la Academia para estudiar artefactos. “Ojalá mi regreso no sea un problema”, pensó la ingeniero artífice.

 
 
 

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